á de árbol
Soy Paty Blake: habitante de letras y árboles; del tiempo y los no-lugares. Escritora, terapeuta gestalt y promotora de lectura. Bloguera (aferrada) desde 2002. Este árbol es de letras escritas en Tijuana, México.
2.4.24
Trabajo en no-equipo
9.3.24
Algo sobre los saltos, la codependencia y sobre ser
Solo se gana lo que se atraviesa, nunca lo que se salta. El ego se transforma en ser solamente si el ego se ha vivido y después se ha transformado. Los saltos actúan como boomerangs: cree uno estar ahí definitivamente, pero más tarde o más temprano se retorna. En cambio, si se atraviesa, no se regresa. Lo mismo sucederá contigo. Cuando conquistes tu independencia, podrás entregarte sin sentir que te pierdes. En cambio, si saltas hacia la entrega sin antes haber ganado tu ser, sentirás que te desperdicias, que te sometes.
-Jacobo Grinberg
1.2.24
Las maravillas que se encuentran en el mundo
16.1.24
amor infinito
12.9.23
tierra mojada
7.9.23
Paz-ciencia
18.4.23
Bosque oscuro. Ahora sin prisa.
28.2.23
Lo que sucedió
Ya sé qué sucedió. Todo esto es porque recordé quién soy. La del bosque, la de la escritura, la del piano, la que baila y respira profundo; ella vino y se encontró con la que vive en esta dirección, con la que dio vueltas en el huracán y, como pudo, se trajo completa. Creo que eso es lo que pasó. Quiero entender tanto verde en las ramas, tanta vida junta. Alegría profunda, o algo parecido a ella. Estoy asomada al borde de mí misma. Necesito sol y lo estoy escribiendo ahora. Suspiro por el logro de reconocerlo.
Escribe la dueña del sobrepensar, quien también tiene los superpoderes de sobrepercibir y sobresentir. En vías del sobredecir. Ahora en tercera persona para seguir las normas debidas de APA 7, jeje. Todo sea por el proceso de investigación-atención que se llama: hogar.
La palabra hogar, hoguera o fogón se refiere al lugar donde se enciende fuego, generalmente con leña, en una casa y que por lo general suele estar ubicado en el lugar común de la casa que hace de cocina y comedor al mismo tiempo. Esta palabra proviene del vocablo latino focāris, derivado de focus, fuego en español. Siendo este el punto central de la casa y donde las familias hacen vida, se terminó llamando hogar también al lugar o casa donde residimos.
El origen de la palabra hogar se remonta al principio de la cultura occidental. El culto al fuego era uno de los primeros y más importantes de los antepasados griegos y latinos, y de muchos pueblos indoeuropeos. En cada casa siempre había una hoguera que solía estar en el centro de cada casa sinónimo de pureza, vida y protección. La familia, por razones tradicionales y de necesidad de luz y calor se congregaba entorno a él. Mucho se relacionaba con ese fuego a la diosa Estía, entre los griegos.
El hogar es el fuego. Escribe, con el cuerpo vibrando, la sobreviviente de heladas e incendios.
.
*Lo que está en esta letra fue tomado de una página web de la que no tomé los datos.
Terminar un libro
Es cierto que un libro no se termina de escribir. Es como una rama que se corta de la obra literaria de alguien. La rama decide dónde despegarse del tronco cuando recibe la fuerza de la mano.
Varias veces he sentido esa sensación de soltar después de ponerle punto final al libro. Hoy, al hacer unos ajustes, sentí que esta versión ya es la final. Me siento nostálgica, liberada al mismo tiempo. Algo parecido al vacío, algo que creo que no tiene palabra (todavía).
Quiero celebrarme de alguna forma. Caminar y un café, por ejemplo. Ver el mar, por ejemplo. Ver el bosque sería la celebración perfecta. Esa será en unos meses. No tengo evidencia de ello pero lo sé.
Por ahora: caminar + café + mar.
27.2.23
Esta también soy
26.2.23
Bosque en mi ropa
Traigo pegado el bosque en alguna parte de la ropa o de la piel. Tomo mi café de la mañana y el vapor lo es también de nubes de laderas infinitas que se pierden tras el pasillo de mi casa. La humedad me convoca a todas horas mientras envío correos electrónicos y me conecto a zoom. Las ramas a veces tapan la visibilidad de mi cuerpo a la cámara de la computadora y solo me dejo enverdecer por el rocío en gotas que me cubre el cuerpo súbitamente.
Hace unos días convoqué a mi alma y mis cuerpos a una fiesta. Salieron ya listos apenas mi voz los nombra; perfumados con sus mejores galas de montaña enraizada en bosques claros. Desde entonces me tiene intranquila el sonido de los grillos, las ranas. Traigo luciérnagas en el cabello y se me cruzan entre las manos a cada rato. Mis piernas corren a abrazar la ladera de las palabras que he dejado cada vez para más al rato. Mis brazos se abrieron a hacer angelitos en los cerros de palabras, a acostarse en ese justo momento que dejé pausado hace algunos años.
Bosque, a ti pertenezco y me perteneces. No como un objeto que se transporta sino como ríos que convergen y luego se dividen por otro tramo. Soy también esos sonidos de noche, soy el amanecer fresco de tantos días. Me doy cuenta que algo dejé en aquellas latitudes. Perlas, ámbares y tal vez respiraciones más profundas. Las nombro y me aparecen en las manos.
El bosque en mi ropa. En mi desayuno. En mis historias.
Y sí, me atrevo a volver a construir la casa. To build a home, como en aquel tiempo. Esta vez más mío y justo en mi lugar.
25.2.23
Regreso a casa
Regresar a casa es mi verdadero trabajo. Desaprender para no quedarme pegada en cosas que no quiero.
Cambiar la historia que ha sido dar unos pasos y pegajosearme en las cosas, dar otro y atascarme en el lodo. Despegajosearme, desatascarme; y no solo por una vez sino llevar mi ser al camino opuesto. ¿Hacia dónde?
Encontrar el lugar, la coordenada donde soy y no salirme de ahí, porque ahí es donde me voy a encontrar lo que es. Sea lo que sea que me encuentre, ahí es donde quiero y necesito y disfruto y merezco estar. Solo ahí es donde soy, ¿qué más grande motivo para seguir el camino?
Las cosas que tú buscas te buscan, sí. Te buscan en tu domicilio, no fuera de casa.
Eso me digo. Eso es. Ser en mí. A favor y a pesar de todo.
Esta noche de lluvia me refresca la voluntad.
*
La vida me quitó por unos días la movilidad geográfica. Un cristalazo en el carro y lluvia es una combinación curiosa que acepto al saberme no dueña del mapa completo por ahora. La vida me guía: yo me dejo llevar. Ok, sin carro este fin de semana. Gracias por todo. Supongo que esto también forma parte del gran rompecabezas de esa figura que todavía no logro reconocer. Frente a mi mesa de piezas hay un azul, hay un verde y también el rojo está presente. Bienvenido mi cuerpo seas a esta historia. Ya estabas en ella, pero ahora eres el elemento de honor.
Esto podría llamarse "Rugido de voluntad"
La plenitud de ser quien soy sucede solo en mi lugar. Estos días de pronto se revelaron estas palabras como si por primera vez hubiera escuchado este concepto. Esta vez lo veo como en esos darse cuenta de los que buscamos en gestalt. Visto desde ahí, mi reto es claro: permanecer en mi lugar. Mi reto es no moverme una vez que logre estar ahí.
En estos días también he sentido impulsos a salirme de mi lugar. De repente los he "cachado" en el aire: quiero mandar un mensaje, llamar la atención, contar de más sobre mi proceso, ese impulso lo siento fuerte, urgente, casi necesario, como algo que me bulle. Es una inercia como si eso hubiera estado haciendo durante varias vidas continuas y mi cuerpo y mi lógica ya es automática en ello. Y al mismo tiempo de observarlo, siento la imperiosa necesidad de detenerme, como si una parte de mí estuviera observando hacia otra coordenada en la que descubrió un amanecer muy claro. Esta vez me detengo, respiro, hago lo que creo que corresponde, lo que me nace de la voluntad recién construida.
En estos días también he conectado esto con eso que llaman "lo femenino". ¿Y si la contención femenina fuera esto? Me suena a que, si no son lo mismo, están emparentados. Me siento como estudiante del propedéutico en la materia y me asumo en ese lugar de lleno. Estoy tan acostumbrada a actuar, que no actuar me parece un gran reto. Aprendí a hacer, lo aprendí mucho y de muchas maneras. Ahora ser en los destellos que tengo de ello, se vuelve un reto monumental. Siento que mi papel en este momento es la inmovilidad en el sentido de no salirme ni un centímetro de lo que soy. Embonada en mí, quiero quedarme, hacer de ese mi lugar-jardín, mi centro de operaciones. Y sí, desconfío de mis propias decisiones y a veces en el fondo no quiero parpadear para no distraerme con las mariposas en el estómago que me dan. Muchos hilos me jalan todavía: historias, prejuicios, teorías, autoconmiseración.
Sin embargo, y a pesar de todo, he sentido esto como un rugido de voluntad: Permanecer y dejarme atravesar por la vida. Quiero y necesito que los hilos que me encuentren sean justo los que ya iban a cruzar por el centro de quien soy. Solo esos. Únicamente esos. Claros y oscuros, abiertos, cerrados y siempre luminosos (porque hay claridad en la sombra y viceversa). Todos esos hilos quiero que sean bienvenidos por mi ser, mi corazón, mi espíritu, mi pensamiento y mis cuerpos. Quiero convertirme en un hilo certero de la vida y solo ser ello. No encuentro mejores palabras para expresar esto. Mientras me hago un poco más diestra en este lenguaje, así lo digo y es lo más cercano que encuentro a la estación de lo que es.
El reto: mi ser pegajoso. Esa parte de mí que da un paso y se atasca, que llega a cada estación y quiere hacer vida en ella para siempre. Necesito probar quién soy más allá de esa parte que se queda en el medio paso y se amarra a las cosas como evidencia del mundo. Una plática como evidencia de mi existencia. Relaciones confirmatorias de que existo. Cotidianidad torcida cinco grados para que fluya. He tenido a montones de eso, que parte de mi sistema ya no lo traga.
22.2.23
Hoy soy el mar
Este ha sido un día extraño. Se me está moviendo el piso y eso puedo sentirlo en mis emociones, en mis ideas, en las cosas que suceden, mi actitud, los encuentros que tengo y lo que decido. Me nacen hojas nuevas en las ramas. Estoy segura de eso.
Hoy ha sido un día en que me he sentido entre intranquila y conectada. Ratos de plenitud y en que todo embona. Los momentos de no saber se sienten como oleadas. Hoy soy el mar de la playa que vi esta mañana.
Encuentro memorable
La vida se vuelve memorable cuando soy presente. Coincidir y resonar es posible cuando estoy. Mi proceso de investigación se ha extendido a mi vida misma. Antes era la escritora o la poeta o la terapeuta, o la jefa, o la reportera. Aunque mi parte más terrenal ama la poesía, creo que mi verdadera vocación es investigarme en la vida. Ahí he encontrado que está todo: la poesía, la escritura, los lazos, los encuentros, la alegría, lo que vale la vida ser bailado, tocado, mirado. Imaginé un estado de plenitud de otra forma: más estructurado, con mayores certezas, en otro cuerpo, con más propiedades y cosas, con mayores habilidades.😂Me gusta descubrir las muchas formas en las que mi pecho explota de vida. Esto también es la vida. Y le digo que sí a las experiencias que vienen con ella. Sobre todo le digo que sí a la vida y sí a acompañarme pasito a paso en ella. Saber que el punto perfecto es justo la coordenada en la que estoy. La iluminada coordenada o la pinche coordenada. Bienvenidos instantes sean.🌿✨
Instante, café, coincidencia. La vida es generosa como el bosque. Qué delicia es no desear nada nada nada más que estar aquí en este instante. Mi parte que aprendió a prevenir para la escasez quiere ponerle un post it a este momento. ¿Y si esta vez no se lo pongo? Lo escribo y me da vueltas del estómago. Vueltas de las emocionantes.
5.1.23
Después del vision board (o tablero de sueños)
Ayer finalizamos nuestro taller de Vision Board, en el que plasmamos cada uno nuestra visualización del 2023. Durante 4 semanas cerramos ciclos y conectamos con nosotros mismos para invocar desde dentro lo que necesitamos para este año. Partimos de que siempre lo que necesitamos es sentirnos de alguna forma. Me explico: cuando necesitamos cosas o que suceda “algo”, en el fondo lo que queremos es sentirnos emocionados, acompañados, valientes, amorosos (colóquese aquí lo que cada uno necesita). ¿Qué tal si en el camino de lograr lo que quiero, me enfoco en sentirme hoy de la forma que quiero sentirme? ¿Es posible?
Te invito al experimento, ¿tú crees que es posible? 🤔
Visto desde esa forma, este 2023 es un laboratorio emocionante para experimentar a ver si para mí lo es. Te invito a ensayar a ver si así o asá lo es. Después de todo, tenemos la vida entera (lo que dure) para hacerlo.
A mí me mueve la idea.
Después de realizar el tablero de visión (o tablero de sueños, o tablero de visión) y de verificar si efectivamente plasmé lo que quiero desde dentro, viene lo bueno: el día a día, la gran vía. Habrá tramos en los que no se nos antojará para nada seguir la ruta, y está bien. Lo importante es mantener a mano el mapa y regresar al camino. En esa vía necesitaré recordatorios, herramientas, motivación.
¡Son tantísimas cosas las que podemos necesitar en el camino! 🎶 A mí a veces me ayuda escuchar cierta música, leer un libro, escuchar un podcast, platicar con un amigo o amiga, ir a terapia, observar con atención mi día, escribir en mi diario, tomar un taller, hacer una lista de mis preocupaciones, hablar con Dios, reacomodar un espacio, vender o regalar cosas que no uso (a paso de bebé voy avanzando en eso), hacer una carta, tener esa plática incómoda con quien no quiero hablar, poner manos a la obra en un punto de lo que está en mi área de procrastinación, comprarme algo bonito, arreglar algo descompuesto...es interminable la lista. 🪶Y por sencillo que parezca, muchas veces se me cierra el mundo y no recuerdo qué puedo hacer.
Por eso, estaré publicando algunos "recordatorios", desde mi página de facebook Paty Blake | Escritura Terapéutica. Te invito a estar cerca.
*El vision board de la imagen lo tomé de la red y no encontré el nombre del autor. Lo pongo solo para ilustrar el tema. Si aparece el autor/a, pondré su nombre.
3.12.22
Vida y epitafio: Que la vida me encuentre viva
Que la vida me encuentre viva. Que yo encuentre la forma de vivir viva. Que de frente vea la tormenta o la calma. Ver de frente lo que haya. Buscando la forma de arder toda, de vivir sin capas ni en la orilla. Aprendiendo nuevas formas de vida. Que la vida sea vida y que, cuando sea momento, la muerte me beba: la vida despierta y viva que logré vivir siendo.
29.10.22
26.10.22
El día de las palabras
Tengo unos 40 años conociendo estas letras. Son las mismas del olor a crayola, las del papel calcante y el lápiz sobre el libro mágico. Redondas y ordenadas, como me gustan. Sobre la hoja parece que el mundo puede tener un orden. Una lista es definida, tiene principio y los finales se marcan con punto. Incluso puedes ahí dibujar el mapa del pensamiento y caber todo en la tierra blanca con linderos cortados con guillotinas. Se puede también abrir y cerrar el cuaderno, descansar de él algunas veces, saber que va en la mochila o la bolsa y sentir que ahí está dicho todo. O casi todo. Porque también llegan momentos cuando las palabras no alcanzan para describir. Y es entonces cuando le toca al corazón ajustarse, sentirse, respirarse. Mientras, la mano en pausa y la tinta dentro de la pluma. Ya llegará el momento, pienso. Llegará el día de las palabras. Y sí, siempre llega el día de las palabras. Afortunadamente.
14.9.22
Otro verano
La vida dio una vuelta y ya estoy en este verano de otro septiembre. El calor me ataranta la mente y me obliga a reducir las acciones al mínimo. Estoy en modo ahorro de energía mientras me suda la cara. También en modo ahorro de palabras, mientras el abanico hace lo suyo a la velocidad máxima.
Justo ahora mismo escribo estas palabras porque estoy hablando en un relativo pasado. O sea, hoy amaneció el día más fresco y al hablar sobre el calor me estoy refiriendo a ayer y las anteriores dos semanas. Estas son las palabras que no pude decir cuando el botoncito de ahorro estaba activado en mí.
Estoy de regreso en mi blogcito y hablo del clima. Esto suena muy superficial, como cuando te topas a alguien que hace mucho no ves y no tienes muchos temas de conversación y hay un intercambio de frases tipo "¡qué calor ha hecho!". Bueno, con mi blog no sucede esto. Aquí sí siento toda la confianza y siento que nos conocemos mucho después de 20 años (what!) de yo escribirle. Es solo que el verano se ha apersonado tardíamente en Tijuana y es de esas presencias agobiantes y testarudas.
Gracias, escritura porque eres refrescante. Porque al estar aquí vuelvo a escuchar esa voz de quien yo era hace 20 años cuando era bloguera diaria y cuando iba al Turis cualquier día entre semana. Sigo siendo esa en el fondo de mí. Ahora en un cuerpo diferente y también con varias historias agregadas.
Verano, hazte para allá y deja en paz mi cumpleaños, plis.
26.4.22
Vengo
Vengo a lavarme la cara con agua fresca. El descanso necesario son estas letras que se tejen a partir de la madeja que voy desenredando. Tejo una línea, una superficie. Tejo una hamaca y me meso antes de dormir. Así son estas palabras frescas como las tardes de hamaca bajo los árboles.
Le pido al agua que aclare las superficies y las ideas. Le pido a esta ventana que deje entrar algo del aire fresco que trata de asomarse. Respiro. Mis manos convocan al agua y al aire. Los demás elementos soy hoy.
Si esta noche fuera el castillo de mis sueños, aparecería ahora un camino enmarcado con hojas, un destino permanente, en la sombra, acolchado y con sábanas limpias. Mis ojos tienen fecha de caducidad pero no la conozco. Mi cuerpo también.
24.4.22
Fuego
Se hizo el silencio en esta casa. Son las 11 de la noche y en este cuarto oscuro me acerco al fuego de la pantalla de mi computadora para contar(me) historias. Llega este momento en el que puedo verme más claramente, en el que no soy la mamá ni la docente ni la terapeuta ni la poeta. Me gusta este momento de ser solo una persona frente al teclado contestándose preguntas no formuladas.
A esta hora y con este silencio empiezo a notar el sonido del abanico que desde hace horas está prendido. No se escuchaba antes, como tampoco mis pensamientos ni el sonido de este tecleo. Creo que si lo apago y pongo atención, a esta hora podría también escuchar el mar desde mi ventana.
Hice una pausa para apagar el abanico y sí: se escucha el mar. ¿De cuántas cosas nos perdemos cotidianamente por embarcarnos en el ruido?
Miro fijamente a las llamas, las veo arder y me veo en el espejo de las letras. Recuerdo aquel año nuevo en el que inicié ciclo prometiéndome arder y arder y no dejarme apagar el alma. Así cada noche se renueva mi promesa, aquí o en el cuaderno. Siempre frente a las palabras.
31.3.22
Asombro
26.8.21
verano
Transito el verano con ventilador y pluma. De noche me quedo en la orilla del camino. Soy un animal de piel terca y mi palpitación involuntaria no se deja tocar tan fácilmente.
Aquí estoy de vuelta. Como cada vez.
18.2.21
Pregunta
¿Qué tiene qué suceder para tener gobernantes que realmente vean por el bien común? ¿Estamos condenados a este nivel de "opciones"?
Personas honorables del mundo que tengan una verdadera vocación en el servicio público, por favor acudan a él: los necesitamos urgentemente, en todos los niveles, desde hace mucho.
Personas honorables del mundo que ya forman parte del servicio público: por favor aguanten un poco más, aunque no los reconozcan, su labor hormiga sostiene la esperanza aún en la tormenta.
17.8.20
Lunes
15.8.20
Veinte veinte
Son ya cinco meses. La cuarentena ha traído regalos y se ha llevado otras cosas sin pedirlas. Se llevó a mi tío Rolando y con él mi levedad interna relacionada con la pandemia. A cambio trajo consigo una vista triste del filo de esta realidad que pesa y corta cuellos. De esta realidad que al mismo tiempo es dulce y pone en su lugar las cosas con su extraña y ácida espada.
Entre la tristeza y los ojos claros que trae consigo, siento que una parte de mí florece, a pesar y a favor de todo. Las palabras me atraviesan de forma cotidiana y tocan mis cuadernos y mis libros. Me siento movida y colocada en los lugares exactos, compartiendo y explorando la escritura y la terapia a fondo, como a fondo también comparto los días siendo la señora que dirige una casa por ahora ambulante.
Cada cosa me habla de la necesidad de enfocarme. Ahora más que siempre es necesario para mí. Todo lo que distraiga mis intenciones debe quedar fuera. Así, con el mismo agudo y natural filo. Así lo siento.
Hoy es realidad aquello que escribí alguna vez: "caracol en vez de tuerca". Eso soy y quiero seguir siéndolo más que siempre. Agradezco habitar exactamente donde me ha traído mi intuición y la vida. Y sigo pidiendo luz y sabiduría para ser quien soy.
💬 Vea usted el siguiente capítulo de la cuarentena que se multiplicó por tres (hasta ahora) y al no definir su duración final se aferra a ser llamada simple y genéricamente: pandemia.
✨Descansa en Paz, tío Rolando. Tu familia te recuerda siempre.
24.4.19
Noche otra vez
Soy literal cada vez frente a la pantalla y escribo tristeza con los pulgares.
Literatura no se hace en aparatos sostenidos con dedos en postura de gancho.
Solo verdades pueden escribirse las 1:01 horas, parece.
El silencio que lo aclara. El silencio telón de fondo. El silencio ranura de luz atrapada.
No sé qué título le pondría. Esta noche de finales. De principios paralelos.
Buscarle títulos. Podría llamarse la risa que parece burla.
Podría llamarse escena no sucedida. Podría llamarse en mi silla, sin vino.
Nostalgia. Envidia. Algo cercano a eso.
Podría llamarse sorpresa. El privilegio de encontrar el abismo y asomarse.
Quiero saber que las noches tienen fondo. Tal vez es solo eso.
Y esta que me revolotea el estómago y el alma o algo cercano a ella.
Es como encontrarse la costilla y sentirla porque está rota. Supongo.
29.1.19
Eucalipto y silencio
En este lugar han pasado muchas cosas. Tiempo-letra ha transcurrido en mis cuadernos a través de los años. Dos seres humanos llegaron al mundo muy cerca de dos colibrís que previamente nacieron en una rama del jardín, aquí junto. Hubo gatos. Uno permanece y otro decidió habitarnos sólo unos días. Muchos sueños cumplieron su ciclo aquí mismo. Florecieron y regresaron a la tierra hechos polvo, quiero pensar que ahora son abono en este gran terreno fresco que imagino que soy.
El silencio parece el mismo. Pero no es idéntico. Ahora tiene frecuencias, variaciones dentro de su quietud. A veces el silencio estalla frente a mí y me golpea la cara. A veces me acaricia y acompaña como gato invisible en mi regazo. A veces es diálogo en las voces de otros que acuden a este espacio. A veces es muy parecido a sólo silencio. Pocas veces, debo decir, se parece a sí mismo. O a lo que entiendo por silencio.
Las paredes tienen la misma pintura, creo. No. Otra vez los recuerdos me engañan o me dejo engañar por los recuerdos. La pintura de entonces se encuentra debajo de una capa más reciente. La pintura de entonces se encuentra sobre otras muchas capas de quienes han querido renovarse en este espacio. Conozco a algunos, no a todos. Pero me gusta imaginarnos a todos conversando en algún lugar de este cuarto. Tal vez sentados, compartiendo nuestras esquinas favoritas y los asuntos que han quedado pendientes por reparar o limpiar. Entre todos formando una foto muy precisa de las posibilidades que tiene este lugar en la mente colectiva y haciendo click para el álbum del tiempo.
Recibo una llamada. Parece provenir del fondo de un túnel o de un país en el que se habla otro idioma. Contesto con monosílabos, como cuando estás de turista en una tierra desconocida. No tengo intención de intentar traducirme. Afuera se oye el canto de un pájaro, tal vez desde uno de los árboles que cubren mi vida. Agradezco su presencia. Gracias, pájaro por estar aquí. Imagino que mis pensamientos dialogan con su lenguaje. Imagino que en otra dimensión mis pensamientos son el humano imaginario que ese pájaro escucha desde la otra orilla en la que piensa en el silencio.